Dulcinea del Toboso
señora de sus pensamientos...
Todos y todas, de alguna manera tenemos a alguien en quien pensar.
Alguien que nos entusiasma a seguir, a buscar, que nos ayuda a inspirarnos, a escribir y cantar.
Para Don Quijote era su Dulcinea del Toboso; moza labradora de muy buen parecer.
Y aunque no fuese de buen parecer; suficiente con ser su Dulcinea del Toboso.
De momento nos tenemos a nosotros mismos, ya es mucho.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en mi blog, me gustaron la serie de palabras relacionadas con los cuadros de Alfred Stevens. Ayer intenté entrar en tu blog pero no pude, me salía un Loading... y esperé pero nada.
ResponderEliminarEs buena la reflexión sobre tener una persona en quién pensar, es motivador y te ayuda a ver la vida de otro color a veces. Saludos.
Las Dulcineas ayudan a mantener la realidad a raya... No es poca cosa.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en mi blog. Te pido disculpas pues hay un error, el 1r cuadro, el del pavo real y las palomas es de EUGENE BIDAU, pintor francés. Los demás están bien son de Walter Howell. Saludos.
ResponderEliminargrata la sorpresa de encontrar su morada...sin Dulcinea el universo se convierte en una tierra árida de palabras y de deseo....volveré a comentar aunque por ahora me encuentro sin morada, cuando la recomponga le aviso....
ResponderEliminarMujer ideal Dulcinea para Quijote,
ResponderEliminarBeatriz para Dante... Siempre hay un pensar y un soñar.